Mensaje de amor y salvacion a los católicos # 4
TODO CATOLICO QUE SE SIENTE CRISTIANO
DEBE BAJAR A LAS AGUAS
Marcos 16:16
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
más el que no creyere, será condenado.
¿Y quién es el que no cree y por ello no se bautiza?
Aquel que se considera cristiano, que sabe que debe cumplir ese mandamiento del bautismo y no lo hace por desacato y rebeldía ante el Señor, o porque esta bajo los mandamientos de hombres del catolicismo, debe revisar su actitud, debe orar y pedirle ayuda al Espíritu Santo para que éste le convenza del pecado en que está y pueda cumplir este mandamiento necesario para la salvación eterna.
El que no se bautiza, no ha creído en el bautismo de Jesús ni desea saber el significado del mismo que consiste en que al recibir el bautismo por inmersión en aguas con el cual es lavado de sus pecados, obediencia que junto al cumplimiento del resto de la palabra hace venir en nosotros al Espíritu Santo; pero el que se niega a bautizarse, anda en problemas con su salvación y debe resolver esta desobediencia.
Mi testimonio, es que llevaba casi cinco años como cristiana en Cristo, (¿sabías que hay creyentes que se anuncian como cristianos y no viven como Cristo mandó?); y me negaba a cumplir este mandamiento porque consideraba que ya había sido bautizada en el catolicismo cuando era una beba, pero lo hacía porque no había discernimiento en mi, acerca de la importancia de este mandamiento. Yo había querido cumplir unas cosas del evangelio y otras no, y andaba muy equivocada.
Pero al hacerlo, horas después el Espíritu Santo vino a mí con aquella visión de noviembre del 2011, encargándome de trabajar en Su nombre para la salvación de los católicos.
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Si yo hubiera continuado en mi negativa, el Espíritu jamás me iba a asignar un trabajo como el que recibí, por su gracia.
Porque Jesús antes que iniciara su ministerio, primero tuvo que bajar a las aguas y el Padre sintió complacencia de esto dejando escuchar su voz desde lo alto, como está escrito: “ 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mt 3:17).
Y si el Padre sintió complacencia ¿para qué hacerle sentir enojo al Padre por
nuestras desobediencias? ¿Sabemos más que él? ¿Somos más fuertes que él?
Hay un día donde Dios juzgará nuestras rebeliones en el juicio final delante del gran trono
blanco, así que seamos todos diligentes y no esperemos a que muramos y al momento de
la resurrección ser encontrado culpable del juicio eterno.
¡Amados hermanitos católicos!
La venida del Señor está cada vez más cerca y lejos de andar en desobediencia, lo que enseñó Jesús por medio del libro de Apocalipsis fue: “ 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.” (Ap 22:11).
Tienen todos que bajar a las aguas y llevar a cabo el bautismo de inmersión en agua, para que sean lavados vuestros pecados, porque así lo mando el Señor.
Y sabemos que él no tuvo pecado, pero insistió delante de Juan el Bautista para
que le bautizara, porque convenia que así sucediera; y era para dejarnos
enseñanza que todos debemos recibir este bautismo en edad cuando tengamos
conocimiento y discernimiento de lo que esto significa.
Si no hay lavamiento,
tampoco recibimos el resto
Lo siguiente les dijo Jesús a sus discípulos, después que ya habían cumplido el mandamiento de ser bautizados por inmersión en aguas:
1 Corintios 6:11
11 Y esto erais algunos; más ya habéis sido lavados,
ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro
Dios.
Permanezcan en Cristo, así como yo lo vengo haciendo. Yo empecé casi a los cincuenta años de edad cuando el Señor me llamo a convertirme. Y desde entonces, no he hecho otra cosa que estudiar la biblia y predicar el evangelio.
No importa la edad en que recibas el llamado.
Mi madre tenia la cocina repleta de santos, santas y vírgenes y hablaba con esos objetos de y eso y cerámica, hasta que me convertí y corrí a evangelizarla a ella cuando tenía 78 años de edad y todos los sábados la visité y le ensenaba la biblia.
Ella murió cuando vino la crisis del Covid, pero se fue a la presencia del Señor, porque entendió que Cristo era la salvación. Inclusive antes de morir hablaba cariñosamente con el Señor y le rogaba que viniera a buscarla. Ella sabía que él era su único Señor, Dios y salvador. Y que no había otro nombre que pudiera invocar. Esta parte yo me encargué de que ella solamente tuviera “ese solo Nombre que es sobre todo nombre”.
- Ada Camargo