¿A QUIÉN DEBEMOS TODOS DAR LA HONRA Y LA GLORIA?

En el cielo, millones de millones de ángeles adoran a Jesucristo, el Cordero Santo, y nadie desvía la adoración para exaltar a alguien distinto. Y en la tierra, debe hacerse igual.

Leamos acerca de la supremacía del Señor en los cielos y la tierra. Dar la honra a otros nombres, no viene de Dios porque Él no comparte su gloria y honra:

Sigamos leyendo:

Apocalipsis 5:11-14

11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones.

12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.

Todo lo creado por Dios en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y aún lo que está dentro de las aguas, todos saben a quien adoran.

Sigamos leyendo:

 13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 

         Dios nos hizo a su imagen y semejanza, para adorarle solamente a Él. 

Con todo lo anterior, tú, que ya tienes abierto el entendimiento espiritual ¿Te parece justo adorar o venerar a alguien  distinto a Dios, cuando toda la creación le adora? 

Recuerda: Estamos en el tiempo del fin, vienen fuertes eventos sobre la tierra y debes estar seguro a quien clamar o invocar:  ¡¡Solamente el de nuestro Señor, Jesucristo!!

Génesis 1:26

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Romanos 10:13

13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

No dice que cualquier otro nombre puede salvar. Estas cosas fueron inventadas por los hombres invalidando la santa palabra del Señor. ¿No tendrá esto castigo? En los temas siguientes te asombraras y lo comprobarás. 

Pero no vino el Señor para condenar sino para salvar, así que ¡Arrepiéntete! Y permanece solamente en Cristo.

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